Bolivia
sueña sobre un Catre de fierro
Spedding
me ha sorprendido gratamente con su novela Catre
de fierro (2015)[i].
Tras leer con interés su trilogía: El
viento de la cordillera, Un thriller de los 80 (1996)[ii], Manuel y Fortunato, Una picaresca andina
(1997) y De cuando en cuando Saturnina,
Una historia oral del futuro (2000) pensé que no podría superarse a sí
misma. Me equivoqué, la historia de la bolivianísima familia Veizaga en Catre de fierro, como una parodia de la
trágica historia de Bolivia dominada por el movimientismo nacionalista, supera
con claridad a todas las anteriores, especialmente el capítulo primero donde
narra las aventuras de un “agenciador de kuchus” en la cosmopolita y andina
ciudad de La Paz.
Durante
primera década del nuevo milenio, varias veces viajé a La Paz para buscar De cuando en cuando Saturnina, para los
especialistas una novela anarco-feminista de ciencia ficción, para mí una
ficción sobre la emergencia, desarrollo y apogeo de un Estado aymara en el
territorio de la mestiza Bolivia que la antropóloga y escritora Alison Louise
Spedding Pallet[iii]
había publicado el año 2000, como preludio del nacimiento del Estado
Plurinacional. En aquel tiempo y a propósito de la historia de la piloto de una nave espacial, Saturnina Mamani Guarache, me interesé por Spedding, quien firma
sus textos literarios solo con su primer apellido. Catre de fierro completa ampliamente la imagen de novelista
comprometida con el mundo andino que tengo de esta autora inglesa, quien
acullica y habla aymara con solvencia.
El
reseñista Adhemar Manjón sintetiza Catre
de fierro y define a Spedding: “La novela cuenta la historia de la poderosa
estirpe Veizaga a lo largo de 40 años, desde la revolución de 1952 hasta
comienzos de los años 90, cuando apenas se avistaba el llamado proceso de
cambio que vivimos hoy. Para desarrollarla, Spedding decidió crear un pequeño
pueblo al que nombró Saxrani (un cantón de la provincia Inquisivi, del
departamento de La Paz), lugar donde los Veizaga son la gran familia a
respetar. En 450 páginas Spedding cuenta las disputas, las traiciones y la
decadencia de este núcleo, con diferentes hechos sociales y políticos ocurridos
durante esos años como fondo narrativo, en un estilo realista, crudo y permeado
del humor característico de la escritora inglesa, que lleva tres décadas de
residencia en Bolivia”[iv].
Durante
la presentación de su reciente obra en el Centro Documentación e Información
Bolivia de Cochabamba, el 7 de septiembre del año pasado, Spedding, con su
humor flemático característico, confirmó la opinión de la crítica literaria
Carol M. Gainsborg Rivas, quien afirma: “Catre de fierro es una obra arriesgada
en tanto se anima a abordar temáticas harto trabajadas en la literatura
boliviana, logrando renovar el abordaje de las mismas, repensando y
recomponiendo idiosincrasias de un región y la traducción de la comprensión de
mundo y vida en la estructura política, social y cultural de un país que de una
u otra forma se anima a desafiar cuando menos una lógica occidental de ser. La
mayor riqueza de la obra radica en la construcción del “Estar” del boliviano
descrito en la simplicidad psicológica de los personajes y armonía entorno,
realidad, individuo, pese a las distopías narradas”[v].
Vale
la pena leer la amena prosa de Catre de
fierro para comprender desde la ficción el ejercicio de la hegemonía
política en Bolivia y para disfrutar de un relato que, con seguridad, supera en
calidad literaria a varias de las novelas del canon boliviano. Spedding se ha
convertido en la mejor escritora boliviana contemporánea porque hace soñar a
Bolivia sobre un Catre de fierro.
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Spedding,
Alison. Catre de fierro. Plural Editores, La Paz, 2015.
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