Aquí es la frontera

Aquí es la frontera

Francisco Sosa Grandón

El Presidente del Estado, Luis Arce, el viernes 15 de enero recién pasado, homenajeó al comandante de la guerrilla de Teoponte (1970), Oswaldo “Chato” Peredo Leigue, quien había fallecido tres días antes. Este acontecimiento activó inmediatamente en mi memoria un testimonio de Jimmy Zalles sobre la obra de Pedro Basiana, el primer director jesuita del colegio Juan XXIII entre 1972 y 1976, que María del Carmen Salcedo Varela publicó el año 2014 en su libro “Jesuitas en la frontera, Crónicas personales desde Bolivia (1950-2000)”.

El ya exjesuita Jimmy Zalles, quien trabajada en Tiwanaku con Gustavo Iturralde y un equipo de luchadores sociales, narra que dos factores influyeron en la definición de su posición política. Su relación con los jesuitas de La Paz: Pedro Negre, Oriol Prats y Federico Aguiló, quienes –junto al oblato Mauricio Lefebvre– predicaban desde las aulas de la Universidad Mayor de San Andrés “la opción eclesial por la acción social y los sectores desfavorecidos”, por un lado, y su participación en el rescate de los guerrilleros supervivientes de Teoponte, entre ellos “Chato” Peredo, por encargo del Arzobispo de La Paz, monseñor Jorge Manrique Hurtado, por otro lado.

¿A cuento de qué hago esta digresión histórica? Salcedo Varela explica: “Hay que subrayar que estos dos hechos determinantes [de la posición política de Jimmy Zalles] son comprensibles desde la vinculación que Jimmy y Gustavo mantuvieron siempre con el colegio San Calixto y, especialmente, con una de sus figuras emblemáticas e ineludibles en estos episodios de la orden boliviana, Pedro Basiana. […] Jimmy narró cómo varios exalumnos del colegio San Calixto se implicaron en acciones políticas y, concretamente, en la guerrilla de Teoponte”. Así Salcedo Varela traza una línea directa entre Pedro Basiana y Teoponte, cuyos alcances y consecuencias hay que dilucidar y estudiar.

“Jesuitas en la frontera”, que es el resultado de maratónicas entrevistas de Salcedo Varela con jesuitas y exjesuitas, cuya labor –bajo la luz del Concilio Vaticano II, la Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Medellín y la irrupción de la teología de la liberación– influyó determinantemente en el devenir histórico del país, nos ofrece también el testimonio de Alfonso Pedrajas Moreno (Pica), el sucesor de Pedro Basiana en la Dirección del Juan XXIII. Relata su incorporación a la Compañía de Jesús. Extrañamente para mí, Salcedo ignora narraciones del trabajo de Pica en su mayor obra: el Juan XXIII; sin embargo, las palabras que reproduce de él permiten comprender plenamente todo lo que construyó en la Comuna Pequeña Nueva Bolivia.

Uno de los actores principales de “Jesuitas en la frontera” es el actual Director Nacional de Fe y Alegría, Francisco Pifarré (Pifa), quien también dirigió el Juan XXIII durante la década de los 90. Él, además de su experiencia misionera en Charagua, relata brevemente su paso por Villa Granado y Cocaraya y, lo más importante, la percepción que tiene sobre el Juan XXIII y sus exalumnos. ¿Es posible encontrar en sus palabras o en las interpretaciones de Salcedo Varela las claves para comprender las decisiones de Pifa sobre los predios del Juan XXIII? Dejo la interrogante a las múltiples lecturas que el texto genera.

Lo esencial es que “Jesuitas en la frontera” ayuda a comprender a la provincia boliviana de la Compañía de Jesús y la acción de los jesuitas en sus espacios de poder (la frontera). Salcedo Varela los retrata amplificando sus fortalezas/logros y exponiendo sutilmente sus debilidades/frustraciones; en fin, los presenta como seres humanos, pecados incluidos.

Los exalumnos del Juan XXIII enfrentamos la misión de convencerlos para preservar el patrimonio del colegio en Villa Granado y Cocaraya. Los persuadiremos con un gran proyecto educativo que responda a las demandas de la Bolivia del Siglo XXI, así gana el país, gana la Compañía de Jesús y ganamos nosotros. El sabio José Samir Makaren Chávez reflexiona: “Todo depende de que la Compañía de Jesús confíe en el trabajo de los exalumnos”. Para que la palabra triunfe, María del Carmen Salcedo Varela nos brinda información que permite conocerlos.



1 comentario:

  1. El gran proyecto del Juan XXIII semillero de hombres nuevos, de esa pequeña nueva Bolivia debe seguir aportando a la gran nueva Bolivia.

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