Periodismo de investigación

Directores del Juan XXIII proponen un convenio para borrar un colegio particular y consolidar una unidad educativa

Los predios del Colegio Juan XXIII en Cocaraya, foto tomada del Facebook de la institución.

El director general, Luis Antonio Carrasco Pacello, y el director académico, Grober Camiño Carlo, de la Unidad Educativa Juan XXIII propusieron el 13 de mayo recién pasado al alcalde de Sipe Sipe: “Coadyuvar a la Unidad Educativa Juan XXIII en los trámites administrativos necesarios a objeto de regularizar el Derecho Propietario y el Registro en Derechos Reales de los bienes inmuebles de la Unidad Educativa Juan XXIII”.

La propuesta de Carrasco Pacello y Camiño Carlo al alcalde de Sipe Sipe, Félix Mario Galarza Alá, constituye el inciso f del punto 5.1. de la cláusula quinta del “Convenio de Cooperación Interinstitucional entre el Gobierno Autónomo Municipal de Sipe Sipe y la Unidad Educativa de Convenio Juan XXIII de Fe y Alegría”, que ambos entregaron el 13 de mayo de 2022, a las 09:15. Planificaron la firma del convenio para el 1 de julio de 2022.

Una revisión de la tortuosa relación entre los representantes del Juan XXIII y los funcionarios municipales de Sipe Sipe permite comprender el origen, el procedimiento y el planteamiento del convenio.

Boleta de encadenamiento de documentos de la Alcaldía de Sipe Sipe.

Gestiones del padre Édgar

La historia de la enajenación de los predios de Cocaraya se inicia formalmente el 16 de diciembre de 2016, cuando el provincial de la Compañía de Jesús de aquella época, Osvaldo Armando Chirveches Pinaya, otorga un “poder especial amplio y suficiente” al director del Colegio Juan XXIII, Édgar Dávalos Porcel. El mandato establece: “Regularizar y/o gestionar todos los trámites necesarios para la aprobación como Urbanización Papa Francisco de un predio de 180.000,00 m2 […] que le pertenece al COLEGIO PARTICULAR JUAN XXIII Y/O COLEGIO INTERNADO GRATUITO JUAN XXIII, por compra a Jaime Cavero Covarrubias, […] con la matrícula computarizada No. 3.09.2.0010974” en Derechos Reales de Quillacollo.

Seis meses antes de recibir el poder del provincial Chirveches Pinaya, el 25 de junio de 2016, Dávalos Porcel había firmado un contrato de Asociación Accidental o de Cuentas en Participación con Carlos Mauricio Terán Villarroel y su hermano Enrique Dávalos Porcel. El objeto del contrato determina: “Realizar la ejecución de un proyecto urbanístico que será denominado ‘URBANIZACIÓN PAPA FRANCISCO’ de una fracción de terreno de 180.000 mts2 en el municipio de Sipe Sipe […] y posteriormente ser comercializadas y/o transferidas en venta individual de cada lote de terreno en favor de terceros compradores”.

Carta de presentación del convenio.

Inician el trámite

En un “Resumen cronológico y relacional entre la Compañía de Jesús, Fe y Alegría y el Colegio Juan XXIII” fechado el 20 de enero de 2018, Édgar Dávalos Porcel explica sus decisiones y acciones: “2016, la Compañía de Jesús aprueba la decisión del colegio de vender una fracción de los terrenos de Cocaraya para su sostenimiento. Para este último propósito se necesita regularizar los papeles y acreditar la propiedad suficiente de la Compañía de Jesús, a fin de que su representante legal pueda proceder a la enajenación de una parte de sus terrenos en Cocaraya”.

Dávalos Porcel presenta el 20 de julio de 2018 una solicitud de Aprobación de Plano de Lote Individual ante la Dirección de Urbanismo y Catastro de la Alcaldía de Sipe Sipe. La carpeta administrativa lleva el número 532/2018.

Durante estos años, hasta antes de su fallecimiento, el 18 de diciembre de 2018, el director del Colegio Juan XXIII difunde el discurso de que esta institución colapsaría por falta de presupuesto y que la única solución era vender una fracción de Cocaraya. En diciembre de 2017, comunica el cierre del Colegio. Anuncia que el 2018 solo funcionaría la promoción y que los padres de familia ya habían sido notificados para que inscriban a sus hijos en otros centros educativos. Entonces, surge un directorio nacional de exalumnos liderado por Fanor Nava Santiesteban y Tomás Arriola Porco, cuya primera decisión de emergencia consiste en aportar con fondos durante los años 2018 y 2019. Logran que las puertas del colegio se mantengan abiertas para todos los cursos.

Página 1 de la propuesta de convenio.

Documentos de Marcos Recolons

Tras el fallecimiento de Édgar Dávalos Porcel, la Compañía de Jesús designa al estudiante jesuita Luis Fernando Zamora Zamora como director del Colegio Juan XXIII mediante el poder especial número 51/2019 del 14 de febrero de 2019 y, a través de otro Poder General de Administración de 12 de marzo de 2019, a Marcos Recolons de Arquer, como representante legal de los predios de Cocaraya.

En tal condición, Luis Zamora, el otrora ayudante de Édgar Dávalos Porcel, con la asesoría de la Asociación Accidental o de Cuentas en Participación, prosigue los trámites ante la Alcaldía de Sipe Sipe sin declarar que Dávalos Porcel había fallecido. La burocracia y la corrupción de los “servidores públicos” sepultan durante 2019 su misión de concluir los trámites para consolidar el proyecto de Urbanización Papa Francisco.

Con una eficiencia propia de los misioneros que llegaron a Bolivia durante los años 50 y 60 del siglo pasado para contribuir en la construcción del Estado plurinacional, Marcos Recolons de Arquer, un mes después de recibir el poder que lo convertía en representante legal de los predios de Cocaraya, ¡el mismo día!, 10 de abril de 2019, prepara tres documentos privados. Una fuente permite el acceso a ellos.

El primero, titulado “Ratificación de compromisos y aclaración del derecho propietario sobre bien inmueble”, aunque no existe evidencia sobre su rúbrica, compromete al actual director nacional de Fe y Alegría y director del Colegio Juan XXIII durante los primeros años 90, Francisco de Paula Pifarré Clapés. Ambos jesuitas acuerdan: “RATIFICAR todos los compromisos asumidos mediante documento de 26 de diciembre de 1984 [se refieren al contrato de transferencia del Colegio Juan XXIII de Fe y Alegría a la Compañía de Jesús], asimismo ACLARAN que el lote de terreno, construcciones, bienes muebles y enseres ubicados en la zona de Suticollo (Cocaraya), […], lugar donde funciona actualmente el Colegio Juan XXIII, es de única y absoluta propiedad de la COMPAÑÍA DE JESÚS, pudiendo en consecuencia esta última administrar y disponer el mismo sin necesidad de ninguna autorización por parte de la Dirección Nacional de Fe y Alegría”. Recolons de Arquer obtiene una vía para proceder sin obstáculos.

Firma el segundo documento con Carlos Mauricio Terán Villarroel y Enrique Dávalos Porcel de la Asociación Accidental o de Cuentas en Participación. Ambas partes ratifican el contrato suscrito el 26 de junio de 2016 con Édgar Dávalos Porcel y se comprometen a mantenerlo “inalterable hasta la transferencia en venta del último de los terrenos de la Urbanización Papa Francisco”.

Página 2 de la propuesta de convenio.

Buscan a Samir Makaren

Para el tercer documento, el 18 de marzo de 2019, se contacta con José Samir Makaren Chávez, un exalumno de la Promoción 1972 y brillante educador de la Comuna Pequeña Nueva Bolivia entre los años 70 y 80, quien -en representación del Colegio Particular Juan XXIII- había comprado los predios de Cocaraya a Jaime Cavero Covarrubias el 27 de enero de 1983 por la suma de 1.800.000.- pesos bolivianos de la época.

Recolons de Arquer le informa que, tras la muerte de Édgar Dávalos Porcel, el provincial de la Compañía de Jesús lo ha nombrado representante legal de Cocaraya y que prosigue con los trámites ante la Alcaldía de Sipe Sipe. Le expresa su preocupación por aclarar los títulos de propiedad de tales terrenos, por lo que le propone una carta notariada que dilucide el asunto.

El proyecto de carta notariada que Recolons de Arquer le envía a Makaren Chávez titula “Aclaración, reconocimiento y declaración de derecho propietario sobre lote de terreno”. En su párrafo esencial enuncia: “José Samir Makaren Chávez, de su libre y espontánea voluntad, mediante el presente documento aclara que el bien inmueble antes señalado, actualmente registrado con Matrícula Computarizada No. 3.09.2.01.0010974, fue adquirido con dineros propios de la Compañía de Jesús en Bolivia para el funcionamiento del Colegio Particular Juan XXIII, siendo en consecuencia la Compañía de Jesús en Bolivia la única y legítima propietaria de estos predios; debiendo en consecuencia corregirse el registro del derecho propietario en Oficinas de Derechos Reales de Quillacollo”.

Los dirigentes del actual Directorio de ASIA-J23 aseguran que desconocen el contenido de la respuesta de Makaren Chávez en aquel tiempo; sin embargo, manifiestan que se enteraron que recientemente envío una contrapropuesta de carta notariada a Recolons de Arquer.

Página 3 de la propuesta de convenio.

Contratan a Luis Carrasco

Un exjesuita, Luis Antonio Carrasco Pacello, asegura que en enero de 2020 asumió la dirección general del Colegio Juan XXIII, aunque existe un poder especial número 079/2020 del 5 de junio de 2020 que revoca el poder otorgado a Luis Fernando Zamora Zamora y lo transfiere a Carrasco Pacello en los mismos términos. Lo importante es que el provincial Ignacio Suñol Esquirol decide que deje la Dirección Departamental de Fe y Alegría Cochabamba y que se encargue del asunto Cocaraya con la misión explícita de concluir los trámites que había iniciado Édgar Dávalos Porcel.

Suñol Esquirol conocía la lealtad inquebrantable de Carrasco Pacello con la Compañía de Jesús, pues había ejercido el rol de Subdirector Nacional de Fe y Alegría Bolivia durante los años 2000 y, en tal condición, había participado en la “devolución” de los predios que el Colegio Juan XXIII tiene en Villa Granado (Coña Coña) a Fe y Alegría, que Antonio Menacho inicia el 2004 y el propio Suñol Esquirol concluye el 2006, cuando ambos fungían de directores del Juan XXIII.

El fin justifica los medios

La pandemia y la cuarentena rígida por el COVID-19 entorpecen la misión de Carrasco Pacello. Su estrategia consiste en lograr la aprobación del lote del terreno y, después, con la declaración notariada de José Samir Makaren Chávez, inscribir el derecho propietario de los predios del Colegio Juan XXIII en Derechos Reales de Quillacollo a nombre de la Compañía de Jesús.

El 22 de octubre de 2020, la Dirección de Urbanismo y Catastro de la Alcaldía de Sipe Sipe recibe un memorial que solicita nuevamente la aprobación de plano de lote. El documento genera recelo y desconfianza entre los funcionarios por la identidad del remitente. No existe evidencia para confirmar si la iniciativa de enviarlo de esa forma fue de Carrasco Pacello, de los socios de la Asociación Accidental o de Recolons de Arquer o, finalmente, de los tres actores.

Entre febrero y marzo de 2021, durante sus sesiones ordinarias, el Directorio del Colegio Juan XXIII sorpresivamente decide recomendar al Provincial de la Compañía de Jesús la disolución, “por la vía amigable y de la conciliación”, del contrato con la Asociación Accidental o de Cuentas en Participación. Los directores argumentan: el grado de consanguineidad entre los socios constituyentes, el rechazo de la Curia General de la Compañía de Jesús a su constitución, el retraso de cuatro años en el objeto del contrato y la afectación desmedida de 10 hectáreas al patrimonio del colegio.

Página 4 de la propuesta de convenio.

Emerge otro alcalde

La primera semana de mayo de 2021 asume la conducción del Gobierno Autónomo Municipal de Sipe Sipe el alcalde electo Félix Mario Galarza Alá, quien -aseguran algunos exalumnos- fue estudiante del Colegio Juan XXIII al menos durante dos años. Galarza Alá manifiesta públicamente que su prioridad central es la educación y que impulsará, como una “obra estrella” de su gestión, la construcción de una gran universidad que atienda desde Sipe Sipe las necesidades de las poblaciones del valle bajo de Cochabamba y las de las tierras altas altiplánicas del departamento.

Ante la ausencia de información y imposibilidad de dialogar con el provincial de la Compañía de Jesús, el Directorio de ASIA-J23 se apersona ante la Alcaldía de Sipe Sipe y solicita el 27 de mayo de 2021 que la Dirección de Urbanismo y Catastro le otorgue “fotocopias simples de la carpeta identificada como Trámite No. 532/18, relativa a la solicitud de aprobación de plano del inmueble de propiedad del Colegio Particular Juan XXIII”.

Descubren una impostura

Días después, el 16 de junio de 2021, sorpresivamente el Director de Asesoría Legal solicita que Urbanismo y Catastro le remita la carpeta prenombrada “para su análisis y verificación”.

El Director de Urbanismo y Catastro, arquitecto Luis Alberto Zenteno Llanque, remite el 18 de junio de 2021 la documentación y el Informe NOR/URB 224/2021 en cuyas conclusiones, tras indicar que el impetrante solicita la aprobación de plano de lote individual “en virtud” del poder otorgado por Osvaldo Armando Chirveches Pinaya en favor de Édgar Dávalos Porcel el 16 de diciembre de 2016, expresa: “Debo manifestar que al presente trámite vienen dos personas muy interesadas que no acreditan su personería y solo hacen mención que son representantes del Colegio Juan XXIII […], teniendo conocimiento mi persona que el apoderado falleció hace más de dos años, el 18 de diciembre de 2018 para ser exacto, y habiendo un memorial reciente de fecha 22 de octubre de 2020, se puede evidenciar que existe intereses ajenos de terceras personas sobre la aprobación de plano del presente bien inmueble”. Las palabras del arquitecto Zenteno Llanque perjudican los esfuerzos de Carrasco Pacello para obtener la aprobación de plano de lote.

Página 5 de la propuesta de convenio.

Nuevo apersonamiento

El 24 de septiembre de 2021, Carrasco Pacello se apersona ante el nuevo Alcalde de Sipe Sipe. Se identifica como apoderado de la “Unidad Educativa Juan XXIII – Fe y Alegría”. Expone: “Mi persona fue nombrado [sic] como nuevo apoderado [sic] de la institución, motivo por el cual tengo a bien apersonarme ante su autoridad para continuar con el trámite de regularización de plano de lote individual que se está realizando en la alcaldía, el cual se encuentra registrado con el No. 532/18”. Adjunta una copia legalizada del testimonio de poder 567/2021 del 20 de agosto de 2021 que el provincial de la Compañía de Jesús, Ignacio Suñol Esquirol, le había otorgado para que “ejerza mandato sobre el […] bien de propiedad de la Compañía de Jesús donde se encuentra la Unidad Educativa Juan XXIII”.

El numeral 1.8. del poder establece: “Se otorgan facultades para suscribir el contrato de resolución de contrato de Asociación Accidental o de Cuentas en Participación de la ‘Asociación Accidental Cocaraya’ así como el documento privado de ‘Ratificación y Aclaración de plazo de vigencia en contrato de Asociación Accidental o de Cuentas en Participación’ suscrito entre la Compañía de Jesús y los Sres. Carlos Mauricio Terán Villarroel […] y Enrique Dávalos Porcel […] pudiendo negociar formas de pago en caso de devolución de dinero… Para las facultades otorgadas en el presente numeral el mandatario deberá contar con la autorización expresa del mandante…”. El provincial Suñol Esquirol había aprobado la sugerencia del Directorio del Colegio Juan XXIII.

Desde su apersonamiento, Carrasco Pacello trabaja intensamente para obtener la “aprobación de plano de lote”. El 19 de octubre de 2021, un topógrafo de la Dirección de Urbanismo y Catastro emite un informe técnico que recomienda la aprobación en favor del Colegio Particular Juan XXIII y remite el trámite a la siguiente fase administrativa.

Publicación de ASIA-J23 en Los Tiempos.

Reclamo furibundo

Dos meses después, el 14 de diciembre de 2021, Carrasco Pacello envía un memorial a alcalde Galarza Alá; solicita un “informe del estado actual del trámite No. 532/18”. Se presenta como “Director del Colegio Particular Juan XXIII”, no como Director de la Unidad Educativa Juan XXIII. Respalda su petitorio describiendo los múltiples obstáculos que le plantearon. Expone textualmente: “Debido al exagerado tiempo transcurrido, desde la presentación de la solicitud, hasta la fecha no cuenta con Resolución de Aprobación del plano, además que hasta la fecha simplemente el área de urbanismo se encargó, de poner trabas y observaciones como ser la realización de varias inspecciones con todo tipo de pretextos […] y así también hacernos modificar en reiteradas ocasiones los planos, siendo que ya fueron revisados y corregidos por los arquitectos del área, lo cual no tiene lugar a la finalidad del trámite que es la aprobación de plano”.

Carrasco Pacello reclama que el Director de Urbanismo y Catastro “ponga en duda la función social del colegio” porque habría anunciado que solicitará al Consejo Municipal “que se abrogue la resolución No. 59/2003 de fecha 24 de octubre de 2003, que en su art. 1 exime del pago de impuestos” al Colegio Internado Gratuito Juan XXIII. Califica de “chisme” que el Director de Urbanismo y Catastro haya “escuchado” que “existe un plano de fraccionamiento de la propiedad del colegio sin aprobación”. Carrasco Pacello niega así la existencia del proyecto de Urbanización Papa Francisco promovido por Édgar Dávalos Porcel y sus socios.

Carrasco Pacello argumenta: “Es inadmisible que funcionarios del área ‘técnica’ de su dependencia se den el lujo de observar temas ‘legales’ que fueron revisados oportunamente por el área específica, buscando la forma de obstaculizar y dilatar más su aprobación; la situación de exención impositiva con la que cuenta el colegio no tiene relación alguna con el trámite de aprobación de lote iniciado el año 2018, y que hasta la fecha no tiene respuesta alguna, pese a las múltiples solicitudes verbales y escritas realizadas por esta parte”. No existe evidencia disponible de que el alcalde Galarza Alá haya respondido este memorial.

Reconciliación y alerta

Entre el 14 de diciembre de 2021 y el 13 de mayo de 2022, cuando los directores de la “unidad educativa” presentan la propuesta de convenio, ASIA-J23 desconoce qué trámites activaron. Solamente existe evidencia del cambio de discurso de Carrasco Pacello hacia los funcionarios de la Alcaldía de Sipe Sipe y un segundo poder especial fechado el 18 de marzo de 2022 que el provincial de la Compañía de Jesús, Ignacio Suñol Esquirol, le otorga sobre los predios de Cocaraya, en el que borra la cláusula referida a la conclusión del contrato con la “Asociación Accidental Cocaraya” que gestionaba la Urbanización Papa Francisco.

Frente a tal panorama, el Directorio de ASIA -J23 publica el 29 de mayo de 2022 un pronunciamiento en Los Tiempos en el que aclara que representa a todos los estudiantes que pasaron por las aulas del Colegio Particular Juan XXIII y que los predios de Villa Granado (Coña Coña) y de Cocaraya le pertenece “legal y legítimamente” a esta institución educativa fundada por André Enrique Coenraest Jacquelott. Tres días después, el 1 de junio, envía un memorial al alcalde Galarza Alá, cuyo párrafo esencial expresa: “Declaramos nuestra oposición a cualquier convenio que la Alcaldía de Sipe Sipe pueda firmar con personas naturales o instituciones que pretendan alterar o comprometer la propiedad de los terrenos y predios de Cocaraya que le pertenecen al COLEGIO PARTICULAR JUAN XXIII, cuyo origen y finalidad consisten en promocionar la educación boliviana”.

Es excepcional que convenios de semejante carácter se rubriquen solo por iniciativa de una de las partes, lo usual es que sean resultado de conversaciones informales previas. En este caso, convergen la facultad de Carraco Pacello de “suscribir minutas de cesión gratuita y voluntaria de terreno a favor del Gobierno autónomo Municipal de Sipe Sipe”, como establecen los dos poderes que le concedieron, y la declaración de algunos funcionarios de la Alcaldía que manifiestan que al menos necesitan cuatro hectáreas de terreno para materializar el “proyecto estrella” de Galarza Alá: la universidad del valle bajo.

Memorial de ASIA-J23 enviado a la Alcaldía de Sipe Sipe.

Contraparte fallida

Cuando, el 16 de junio recién pasado, solicité conversar con Carrasco Pacello sobre su propuesta de convenio para publicar sus argumentos, escuetamente me respondió: “No me parece que eso beneficie al colegio. Todas nuestras acciones deberían ser siempre para beneficiar al Juancho”. Entonces recordé que, cuando el Directorio de ASIA-J23 se reunión con él en el comedor Juan XXIII de Villa Granado, el sábado 2 de octubre de 2021, desde las15:10, con vehemencia aseguró: “La decisión de la Compañía de Jesús es apostar porque el colegio Juan XXIII siga siendo una unidad educativa de convenio y que, cada vez más, el Estado se involucre en la sostenibilidad económica del colegio”.

El viernes 1 de julio de 2022, fecha propuesta para la firma del convenio, se generarán evidencias de si muere el “Colegio Particular Internado Episcopal Juan XXIII”, que nació mediante la Resolución Ministerial No. 42, de 16 de enero de 1964, para que -desde aquel año, en la zona de Aranjuez de La Paz- eduque a adolescentes pobres de alto rendimiento académico y seleccionados en todas las regiones de Bolivia bajo la dirección del sacerdote diocesano André Enrique Coenraest Jacquelott y se impone definitivamente el proyecto de “unidad educativa” propuesto por la Compañía de Jesús desde el año 2006, cuando el Movimiento al Socialismo asume el gobierno del país.

No hay comentarios:

Publicar un comentario