APUNTES PARA IMAGINAR EL JUAN 23 DEL SIGLO XXI


APUNTES PARA IMAGINAR EL JUAN 23 DEL SIGLO XXI


1. Antecedentes

Desde finales de 2017 nos encontramos en emergencia ante el anuncio de los jesuitas de cerrar el colegio. Evitamos la salida por el desastre organizándonos y aportando 100 bolivianos “per nuca” cada mes (alrededor de 11 mil bolivianos cada mes, los informes de Tomás Arriola son completos y detallados). Logramos prolongar la agonía de nuestro Juan 23 durante dos años, en los que sin éxito intentamos plantear proyectos para financiar el actual modelo (los jesuitas siempre argumentaron que el problema esencial era financiero). Caímos en la trampa, nos equivocamos.

2. Propuesta de los jesuitas

Recientemente, con la asunción de un nuevo provincial, los jesuitas plantearon al Directorio Nacional de J23 cuatro opciones (sobre las cuales discutimos y asumimos posición en algunas regionales), a saber: cerrar el colegio, que los “exas” asumamos su administración plena, entregarlo al Estado o convertirlo en un San Calixto/San Ignacio bajo la tutela de la Fundación Pedro Arrupe.

2.1. Cerrar el colegio
Es la salida por el desastre que evitamos durante 2018 y 2019, equivale a la muerte de nuestros sueños y de nuestra memoria adolescente. Todos la rechazamos.

2.2. Administración plena de los “exas”
¿En este momento estamos en condiciones de administrar plenamente el colegio? No, hay que decirlo con honestidad, no tenemos el físico para hacerlo, por lo menos no la fortaleza financiera. Perdimos dos años pensando proyectos meramente económicos para prolongar la agonía del actual modelo Juan 23.

2.3. Entregarlo al Estado
Equivale a la primera opción, considerando los altos grados de desinstitucionalización y corrupción del actual Estado. Es impensable. ¿Qué entregarían? ¿El concepto educativo del Juan 23? ¿El patrimonio del Juan 23? Considero que incluyeron esta opción solo por ampliar el abanico de posibilidades.

2.4. Convertirlo en un San Calixto/San Ignacio
Lo digo de entrada: es la peor opción porque nos escamotea el capital simbólico (nuestro modo de ser) y el patrimonio del Juan 23 conservando el nombre. Transferir el colegio a la Fundación Pedro Arrupe supone transferir su patrimonio y renunciar a su identidad. Los colegios San Calixto y San Ignacio forman a las élites de La Paz, a aquellas que disponen de dinero para financiar la educación de sus retoños. ¿Pretenden convertir al Juan 23 en un espacio de formación de las élites cochabambinas? ¿Cuál es la finalidad?

En Cochabamba, nos hemos propuesto pensar otras opciones que conserven la esencia del Juan 23. Alguien cuestionó: “¿Podemos pensarnos sin los jesuitas?” Sí, les propongo algunos apuntes.

3. Propuesta de Juan 23 del Siglo XXI: Otro modelo educativo

El Juan 23 del Siglo XXI necesita recrearse a partir de su esencia, esto es, recuperando su historia/tradición, aprovechando las ventajas de la sociedad red (web 2.0) y proyectando Bolivia por lo menos en 50 años.

Pienso que el Juan 23 del Siglo XXI:
- Ya no es un internado, hay que respetar y fomentar el concepto de familia y el desarrollo de los adolescentes.
- Ya no es clerical, por el carácter universal de su propuesta; por ejemplo, su director de ninguna manera puede ser un cura.
- Ya no se desarrolla en un solo espacio de formación, esto implica superar la forma escuela como una criatura de la revolución industrial del Siglo XIX.
- Ya no depende de la cosmología occidental; por ejemplo, recupera el concepto de servicio y cooperación de las comunidades andinas, amazónicas y chaqueñas.
Para el nuevo modelo, a modo de lluvia de ideas, propongo cinco etapas:

3.1. Bachillerato
- Seleccionar dos estudiantes (mujer y varón) de sexto de Primaria en cada uno de los 345 municipios del país considerando tres requisitos: variedad étnica/regional, escasos recursos y solvencia académica.
- Observar su desempeño académico en alguna unidad educativa de su espacio vital.
- Implementar vía internet (existe abundantes antecedentes de educación virtual) programas de formación complementaria en áreas de conocimiento que el sistema educativo boliviano ignora o minimiza, por ejemplo, Escritura, Lectura, Historia de Bolivia, Historia de los cambios sociales el mundo, Lógica, Inglés y una lengua nativa.
- Fomentar la integración de los educandos en actividades culturales, deportivas y sociales en sus espacios vitales, según el nivel que les corresponda.
- Interactuar con las familias de los educandos como corresponsables del proceso de formación de sus hijos.
- Guiar a los educandos de niveles superiores en algún trabajo remunerado de su espacio vital.
- Reunirlos en casas departamentales de formación durante las dos semanas de vacación invernal para que realicen múltiples actividades propias del ser juancho (evaluación de desempeño, campamentos, convivencias, caminatas, charlas, conferencias, debates, etc.).
- Reunirlos durante un mes, aprovechando las vacaciones de final de curso, en Villa Granado y Cocaraya para que realicen las actividades propias del ser juancho ya descritas.
- Otorgarles un certificado de proyecto de vida a los que concluyan el programa.

3.2. Servicio social
Integrarlos durante un año, tras el bachillerato, en alguna institución de servicio social de alguna región diferente a la de su espacio vital con la finalidad que conozcan Bolivia, que interactúen en diferentes contextos socioculturales y que definan su proyecto profesional.

3.3. Profesionalización
Patrocinar la profesionalización de los bachilleres que así lo deseen en:
- Universidades, institutos y centros de capacitación de Bolivia mediante un crédito de profesionalización. No es deseable que todos obtengan alguna licenciatura, lo esencial es que aprendan un oficio.
- Universidades extranjeras, facilitando el acceso a becas o mediante créditos.
La idea de fondo es que logren su independencia económica con capacidad de ahorro e inversión en proyectos personales y/o colectivos.

3.4. Acción comunitaria
Esta última etapa, con el más amplio espíritu de libertad plena, consistiría en:
- Formar parte de ASIA J23.
- Devolver los créditos de profesionalización.
- Participar de la dinámica social, política y económica de su espacio vital, su región y el país con la más amplia libertad de acción.

4. Requisitos para el nuevo modelo Juan 23

Considero que el requisito fundamental para cualquier proyecto de Juan 23 del Siglo XXI, el descrito arriba con contribuciones u otro diferente, al final el que decida el juanchismo, requiere:

- Consolidar ASIA J23 formalizando su personería jurídica y aportando económicamente para su crecimiento. Es clave la participación “orgánica” de sus miembros, que necesitan ejercer sus derechos y cumplir sus responsabilidades. No estoy de acuerdo en que algún “paracaidista” participe de alguna reunión y pretenda imponer sus puntos de vista sin cumplir sus deberes con la institución.
- Escribir la historia, la tradición de nuestro Juan 23, la mayoría de nuestros hermanos mayores de la primera promoción pueden aún aportar con sus memorias.
- Verbalizar qué elementos (indicadores) nos hacen hijos/producto/resultado del Juan 23; por ello es importante registrar todos nuestros encuentros.
- Visitar, conocer y estudiar otras experiencias educativas; por ejemplo, qué nos impide enviar una misión a Finlandia para conocer cómo es la mejor educación del planeta. Contamos con juanchos en el Estado que podrían interceder ante la representación de aquel país.
- Proponer un modelo educativo financieramente sustentable a la Compañía de Jesús implica recursos, tiempo y energía. Con nuestros aportes mensuales paguemos a un equipo técnico multidisciplinario que lo formalice.
- Plantear la creación de la FUNDACIÓN JUAN 23 que reinvente el modelo educativo Juan 23 y administre su patrimonio con la participación de la Asociación de Exalumnos y la Compañía de Jesús.

En suma, enfrentamos la misión preservar el capital simbólico y el patrimonio del Juan 23.

5. Acción en el Directorio

Durante la reunión de mañana, sábado 20 de julio del año 2019, los representantes nacionales y regionales de ASIA J23 tienen la misión de definir la postura de los exalumnos en el Directorio del actual Juan 23, en el que solo dos “exas” nos representan. Según la composición de dicho Directorio, con delegados del propio colegio, Fe y Alegría y la Compañía de Jesús (todos con el mismo sello ignaciano indeleble), somos minoría y no disponemos de la capacidad de influir en las decisiones trascendentales.

Preveo los siguientes escenarios, para nuestros representantes (sé que uno de ellos es Tomás Arriola):
- Que voten sin mayor discusión por convertir al Juan 23 en otro San Calixto o San Ignacio con las consecuencias que ya he descrito (cf. infra acápite 2.4).
- Que dignamente se abstengan y no voten o voten en blanco, para no ser soporte de una decisión ya tomada.
- Que con valentía propongan una quinta opción, diferente a las cuatro de la agenda de los jesuitas, para proyectar el Juan 23 del Siglo XXI (cf. infra acápite 4).
Pienso que de ninguna manera, con el argumento de “por qué no podemos codearnos con la élite que gobierna este país”, debemos aceptar que el Juan 23 se convierta en un San Calixto o un San Ignacio bajo la tutela de la Fundación Pedro Arrupe. Ello supondría acabar definitivamente con esta experiencia.

Tenemos que persuadir a la Compañía de Jesús que el capital simbólico y el patrimonio del Juan 23 son nuestros y son necesarios para pensar en modelos educativos replicables en todo el país.


Francisco Sosa Grandón
Promoción Sandino 84
Cochabamba, 19 de julio de 2019

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